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HAMBURGO, MÜNSTER, BADEN BADEN

XXIII Tour Europa con Marcelo Arce

18 Mayo al 01 Julio de 2020

En la cuna de Brahms


Siempre preocupado por “mejores salas” -como lo hizo con la Musikverein vienesa-,
Johannes estaría orgulloso de su Hamburgo natal (1833), que es, con justicia, digna de larga
historia y avance en varios campos de la música: la composición, la enseñanza, la
interpretación… Y ahora de su espléndida sala, apodada Elphi: Philharmonie del Elba. Su
estático exterior se transforma dentro, en la sensación de vuelo que se va elevando tanto como
su impactante acústica. Allí surgirá, majestuosa, la ópera de Olivier Messiaen, creador de la
“nuova harmonia mundi”. Invitado en 1977 a la cena en el Palacio del Elíseo, el Presidente
Pompidou le dijo sueltamente: “Messiaen ¡escriba una ópera!”. Obsesivo perfeccionista, el
orfebre Olivier trabajó incesante y profundamente, investigando y armando su libreto. Vivió el
éxito de la premiere en 1983. Quien trabajó con este Genio y se especializó en su mundo, es
Kent Nagano, que será el director de esta reposición, siempre monumental.


En tanto, tres ocasiones nos permitirá la Staatsoper de presenciar su legendario rigor
artístico. John Neumeier, 80 años, director artístico del Hamburg Ballet (que lo honró creando la
Escuela de Ballet Neumeier), desplegará la fusión de modernismo y romanticismo con sus
Impresiones a partir de El Lago de los Cisnes. Se alternan permanentemente los planos: delante el
clásico y detrás la danza contemporánea, más un despliegue escenográfico, lumínico y de
vestuario superpuestos para apoyar las Impresiones.

 

Retorna Tchaikovsky en su ópera romántica y verista La Dama de Picas, en una puesta moderna

tan intrigante como su argumento. Elena Guseva será la voz de la sufriente Lisa, y
Majmiddin Mavlyanov el obsesivo Herman. Y Renate Spingler como la Condesa -que es su
personaje icónico-. Todo un desafío para artistas y Público.


Y finalmente -como completando el recorrido de los modelos de ópera a través de este
Tour- llega el Bel Canto con Donizetti y su comedia lírica L’elisir d’amore, pero con la renovadora
y ya histórica puesta de Jean-Pierre Ponnelle (1932-1988), caracterizado por imponer la “mirada
cinematográfica”.

 

Un toque de Tres B en Münster

Comparar es incómodo pero fundamental en arte. Vuelve en otra mirada, el expresivo
Concierto para violín “A la Memoria de un Angel” de Alban Berg. Será precedido por la transcripción
para orquesta de cuerdas del cuarto movimiento del Cuarteto 13 de los 16 que legó Beethoven.
Ese movimiento, expresión pura e ininterrumpida, se lama misteriosamente Cavatina, término
de varios significados, incluso ambiguos. En la ópera hasta 1870 es la primera entrada o cavata de
cada protagonista (como Casta Diva… en Norma) o una canción corta de carácter simple tema,
estribillo, tema estribillo y final (como cuando aparece Fígaro en El barbero de Sevilla). Es
considerada mundialmente la obra más extraña y profunda, que cierra el disco de oro que fue al
espacio en el Voyaguer II (1977), con la música que representa al Planeta Tierra (primer
movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven).
En 1873, revisada en 1877 y 1891, Bruckner se presenta súper orquestal y “amoroso” en
la Sinfonía Nº 3, famosa por combinar un sonido abierto con su sentido “místico”. Luz, súbito
sombra. Wagner estaba feliz por la dedicatoria de Anton Bruckner.


Pentecostés irradiará Baden Baden


Sala increíble la “Casa de los Festivales”, que albergarán tres conciertos virtuosos y
profundos con la batuta de un gran conocedor de orquesta, coros, solos y Público: Teodor
Currentiz. Asomará el cristalino Requien (1888) de Fauré, ¡el único que tiene al final el ansiado
Paraíso!: la sensación es especial. Todos nos sentiremos en las alturas
Shostakovich desplegará una gigantesca orquesta para la Sinfonía Nº 7, “Leningrado”
(felizmente de nuevo San Petersburgo) escrita durante el sitio nazi sobre esa ciudad por 872 días,
con casi 2 millones de muertos. En un sótano, rodeado por balas, hambruna y desolación, el
compositor concluyó esta obra que va a cerrar con La victoria. Cese en el frente: interpretada
como se pudo (muchos músicos volvían buscando su frac…) el 9 de agosto de 1942, precedido
por un emotivo y breve discurso radial del compositor hablando porque él era llamado “el
músico de los rusos”.

 

Cerrando el ciclo, volverá un Requiem, pero de Verdi -sus cuatro solistas, los coros y la
orquestación más valiente y liberada de Giuseppe, 1874. Y en original idea, todo irá en sincronía
con el film de Jonas Mekas, con producción de “The Shed” de New York. Un dato: la soprano
representa a quien motivó la obra, su ídolo, el poeta Alessandro Manzoni, excomulgado por el
Vaticano-, fallecido en 1873. Y tiene razón -como siempre- Verdi… “debe escucharse como una ópera”. Ya llegará la oportunidad en que así sea representado.

Toda la Música debe ser descubierta, intentando saber qué describe. 

Por elcontrario, será magníficamente abstracta. 

Marcelo Arce  

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